viernes, 28 de noviembre de 2008

Seis falacias sobre la crisis de Wall Street

Por qué América Latina no debe hacer “más de lo mismo”

Por Bernardo Kliksberg, 24 de Noviembre de 2008

La crisis es coyuntural. La culpa fue de los modestos compradores de casas. El problema fue causado por errores técnicos fáciles de corregir. Hay que escuchar a las calificadores de riesgos para que lo ocurrido en Wall Street no suceda en América Latina. Los altos ejecutivos también perdieron, porque sus acciones bajaron. Con cambios menores en el modelo todo se arregla.


ANTE LA CRISIS MUNDIAL, que generó la reunión del G-20 en Washington, circulan en América Latina una serie de falacias sobre sus causas. Estas falacias pueden llevar a políticas que hagan “más de lo mismo” que pueden agravar sus impactos.

Entre las falacias:
LA CRISIS ES COYUNTURAL

Algunos economistas ortodoxos dicen que se trata de una crisis más. Las cifras los desmienten. El desempleo en Estados Unidos ya saltó al record del 6,5 por ciento (10 millones de desocupados). El 20 por ciento de ese 6,5 por ciento lo es desde hace mas de 6 meses, el más alto nivel de desocupación de largo plazo desde el final de la segunda guerra mundial. Por algo afirma el último Nobel de Economía, Paul Krugman: “es una crisis económica que será cruel, brutal, y larga”. Ocultar la importancia del problema no ayuda mucho.

LA CULPA FUE DE LOS MODESTOS COMPRADORES DE CASAS
Los culpables serían los esforzados trabajadores estadounidenses que se endeudaron para comprar la casa propia, el gran sueño americano. En muchos casos no sabían de la letra chica de las hipotecas que los iba a colocar en situación imposible.
Pero además, explica el Premio Pulitzer, Thomas Friedman, el banco que daba la hipoteca eludía el problema porque se la pasaba a un agrupador, y el banco de inversión que agrupaba esas hipotecas lo eludía porque se podía ganar mucho dinero dándoles buenas calificaciones, así que por qué pararse demasiado… partes de Wall Street empezaron simplemente a sacar dinero del dinero mediante ingeniería financiera.

EL PROBLEMA FUE CAUSADO POR ERRORES TÉCNICOS FÁCILES DE CORREGIR
No “La sociedad exige intervención fuerte de las políticas públicas para detener la debacle” es lo que piensa Allan Greenspan, ícono de la ortodoxia económica, y durante 19 años presidente de la Reserva Federal (Banco Central). Al ser interpelado por el Congreso de Estados Unidos declaró: El paradigma moderno del manejo de riesgos estuvo en pies durante décadas. Sin embargo todo ese edificio intelectual integro colapso este verano.

Autocriticándose, al revés de lo que hacen los economistas ortodoxos de América Latina que son incapaces de hacerlo,Alan Greenspan afirmó: “Estoy en estado de estupor”.

HAY QUE ESCUCHAR A LAS CALIFICADORAS DE RIESGOS PARA QUE ELLO NO SUCEDA EN AMÉRICA LATINA
Tienen graves problemas de credibilidad en sus países sede, los países del G20 las criticaron duramente. En Estados Unidos, en la interpelación que les hizo el Congreso, Jerome Fons, ex Moody’s, declaró: El modelo empresarial prevenía a los analistas de poner los intereses de los inversores primero, y Frank Reiteró ex Standard&Poor, afirmó sobre sus graves errores “las ganancias presidían todo el show.

LOS ALTOS EJECUTIVOS TAMBIÉN PERDIERON, PORQUE SUS ACCIONES BAJARON
Hoy se sabe que cómo sus ingresos estaban ligados a las ganancias de sus empresas, llevándolas al más alto riesgo para ganar más personalmente en el corto plazo. Ganaban 2000 a 1 lo que millones de laboriosos estadounidenses perciben como salario mínimo. Pero además ganaban siempre. Si la empresa ganaba subían sus paquetes. Si perdía, y los despedían tenía que pagarles por despido los paracaídas de oro.

CON CAMBIOS MENORES EN EL MODELO TODO SE ARREGLA
Según las encuestas, “Los ciudadanos esperan que la economía vuelva a estar al servicio del main street” los ciudadanos piensan diferente. La sociedad exige intervención fuerte de las políticas públicas para detener la debacle, regulación severa, y pide control de los reguladores por la sociedad, responsabilidad social empresarial, topes a los altos ejecutivos, protección a los deudores hipotecarios, y a las multitudes de desocupados, así como progresividad fiscal, respeto al medio ambiente, fortalecimiento de las redes sociales, y reformulación del sistema económico mundial.

Los ciudadanos esperan que la economía vuelva a estar al servicio del main street, de la gente de la calle, como lo planteó el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama.

En América Latina urge todo eso, en lugar de justificar o minimizar la crisis.




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La crisis actual se puede traducir en una crisis de superproducción profunda, de crédito y bolsa, con el agravante de la globalización, la cual no existía en la anterior gran crisis la del "29". Algo decisivo como cimiento de cualquier relación entre agentes sociales o personas es la confianza, la cual en estos momentos ha desaparecido, y las clases causantes del desaguisado económico actual, las que han procurado la crisis, las clases privilegiadas/poderosas económica, financiera y políticamente no quieren aceptar la realidad. Sus cabezas visibles son los "tiburones" ejecutivos agresivos, brokers, los artífices de la ingeniería financiera de mas que dudosa transparencia. Estos intentan salvaguardar sus privilegios a costa de las clase medias-bajas, consiguiendolo con el beneplácito de los gobiernos, la reserva federal, el banco central europeo, los bancos centrales de cualquier gobierno que se halle en la situación actual de crisis manifiesta, etc., como ha sido desde los comienzos del mundo y con más énfasis desde que entregamos nuestras almas al capital, pagando siempre las clases menos pudientes desde el punto de vista micro, y los países en vías de desarrollo o subdesarrollados desde el punto de vista macro. Las nuevas generaciones están bastante ocupadas con cosas que realmente no les engrandecen como personas (seres humanos), sino que les aliena y aborrega convirtiéndoles en masa consumista de "tele-visiones". Su futuro más inmediato no es el transformar la sociedad (harto complejo), sino encontrar/buscar la seguridad material en un empleo mileurista, y si es posible de funcionario con mínimo riesgo y menor responsabilidad, ¡mejor que mejor!. Pero la resultante del abuso continuado de los recursos del planeta procuraran una reacción de los relegados a vivir en condiciones inhumanas en las periferias, zonas del planeta abandonadas al destino. Esto se volverá en nuestra contra y tarde o temprano (más bien temprano) pasará factura a las generaciones presentes y más aún a las venideras. Resolviéndose positivamente (al menos eso creo) en un nuevo refundamiento democrático del orden internacional o quizás augurándonos un taimado y sibilino orden mundial...


P

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